No es infrecuente que un perro tiemble, y los factores que pueden desencadenar el temblor son muchos y variados.
Aunque a menudo el perro puede temblar por motivos emocionales, también es cierto que el temblor puede estar relacionado con alguna enfermedad. Por lo tanto, nunca hay que subestimar este "síntoma" y hay que prestar atención si es frecuente y/o duradero.
Analizar el contexto puede ayudar, sin duda, a comprender por qué tiembla el perro y a reaccionar en consecuencia, para tratar de establecer si es necesario o no actuar en consulta con un veterinario.
No es infrecuente que un perro tiemble y los factores que pueden desencadenar un temblor son numerosos y de distinta naturaleza.Si bien el perro puede temblar a menudo por motivos emocionales, también es cierto que el temblor puede estar relacionado con alguna enfermedad. Por este motivo, nunca debe subestimarse este "síntoma" y debe prestarse atención si es frecuente y/o duradero. Analizar el contexto puede ayudar sin duda a comprender por qué tiembla el perro y a reaccionar en consecuencia, para tratar de establecer si es necesario o no actuar en consulta con un veterinario.
Cuando el perro está especialmente excitado, este estado emocional puede hacerle temblar. El temblor, en este caso, ayuda al perro a reducir el exceso de energía desencadenado por la excitación.
El temblor en los perros ancianos puede deberse precisamente a la vejez. El temblor prolongado, en este caso, también podría estar relacionado con una enfermedad o dolor.
El miedo es uno de los desencadenantes más frecuentes del temblor en los perros. Un perro asustado puede ser más propenso a temblar, en parte debido al estrés que puede generar el miedo.
El temblor de un perro también puede deberse a una debilidad muscular, que a menudo afecta a las patas (y es ahí donde se concentra principalmente el temblor). Ponerse en contacto con un veterinario en este caso es sin duda lo correcto.
Diversas patologías pueden desencadenar temblores en los perros. Cuando el síntoma no es pasajero o se produce con frecuencia sin motivo aparente, es necesario consultar al veterinario para encontrar las posibles causas y tratarlas.