En el santuario Little Buckets Farm, una amistad insólita cobró vida y fascinó a todos los que tuvieron la suerte de verla. Susan Klingenberg, fundadora del santuario y amante de los animales, rescató a un ternero llamado Bucket de una subasta de ganado en Maryland, sin saber cómo esta elección afectaría a la vida de su querido perro Colton.
La historia de esta inusual amistad llamó la atención de mucha gente, demostrando que los animales pueden superar las barreras de las especies y desarrollar vínculos profundos y significativos.
Susan Klingenberg, analista de negocios jubilada que ha dedicado su vida a cuidar animales en el santuario, se considera privilegiada por haber sido testigo de una relación tan singular y conmovedora.
En el santuario Little Buckets Farm, una amistad insólita cobró vida y fascinó a todos los que tuvieron la suerte de verla. Susan Klingenberg, fundadora del santuario y amante de los animales, rescató a un ternero llamado Bucket de una subasta de ganado en Maryland, sin saber cómo esta elección afectaría a la vida de su querido perro Colton.
En cuanto lo trajeron a casa, el pequeño Bucket se adaptó rápidamente a su nuevo entorno y se acomodó en la cama de Colton, un cariñoso perro San Bernardo. Los dos animales parecían unidos por una sincera amistad desde el primer encuentro, hasta el punto de que Susan se sorprendió al verlos jugar y correr juntos como si ambos fueran perros.
Con el paso del tiempo, el vínculo entre Bucket y Colton se hizo cada vez más fuerte. Ahora, los dos amigos se entienden hasta el punto de que se comunican sin necesidad de palabras. Todos los días, el ternero se arrodilla para colocarse a la altura de los ojos de Colton, que ahora tiene 9/10 años, y ambos se dedican a jugar, hacerse mimos e incluso limpiarse mutuamente.
La historia de esta inusual amistad atrajo la atención de muchas personas, demostrando que los animales pueden superar las barreras entre especies y desarrollar vínculos profundos y significativos. Susan Klingenberg, analista de negocios jubilada que ha dedicado su vida a cuidar de los animales del santuario, se considera privilegiada por haber sido testigo de una relación tan singular y conmovedora.
El santuario Little Buckets Farm se ha convertido en un lugar de inspiración para muchos, un lugar donde los animales pueden vivir en paz y seguridad, expresando su naturaleza de forma auténtica. La historia de Bucket y Colton es solo uno de los muchos ejemplos de las profundas conexiones entre los habitantes del santuario, prueba de que el amor y la amistad no conocen fronteras.